Mi hermana

hermana

Comenzó a pincharse heroína a la edad de 16 años, una niña hermosa, cabellos negros, ojos verdes luminosos, y con todos los atributos para ser una modelo con una inteligencia sobra la norma.

Tres años más tarde, yo trabajaba en el extranjero y recibí una llamada por teléfono de mi madre que llorando me dijo que no sabía qué hacer, que (mi hermanita) no estaba bien y pedía mi ayuda. Así que pedí un permiso en el trabajo para volver a España y ver qué podía hacer.

Cuando llegué, mi madre estaba desesperada, llorando y al yo insistir, me confesó que mi hermana se drogaba. Así que antes de tomar cualquier decisión sobre qué hacer, decidí dedicarme a recoger información. Pregunté a mis amigos y conocidos acerca de mi hermana, me interesé en su vida, acompañándola, y comportándome como un amigo, sin invalidarla, simplemente un amigo. La acompañaba a ver a sus amigos y me encontré con un dilema: en las reuniones con los amigos mi hermana fumaban hachís. Mi hermana decía que yo era un puritano, pero para poder ganar la confianza de “los amigos” de mi hermana me adapté a la situación fumando yo también. Así pude obtener confesiones de estos “amigos” que me dijeron la situación en la que se encontraba. Se pinchaba 3 veces al día, se procuraba la heroína vendiéndola ella misma para financiar su adicción y hacia “otras cosas” para procurarse la maldita droga.

Unos días más tarde oía a mi hermana llorando en su habitación, así que entré y vi que tenía una jeringa en la mano, llorando de rodillas sobre la cama manchada de sangre de los intentos desesperados por encontrar una vena donde poder pincharse. Estaba muy flaca y no se veían las venas.

Después de este incidente decidí actuar. Me aseguré de iluminar bien la casa (era un poco oscura) y empecé a hacerle ver los objetos de la casa: las paredes, los muebles etc., a tocarlos hasta que pude conseguir que estuviera “en el presente”. Después le pregunté si le gustaba la vida que estaba haciendo, dijo que NO sintiéndose triste. Después le dije que vendiendo droga a otros les estaba creando una vida similar y le pregunté si era eso lo que quería y me dijo que no. Ella misma me dijo que quería salir y me preguntó si podía ayudarla. Tenía su voluntad. Le dije que conocía el centro de Narconon que tienen el más alto porcentaje de éxito en ayudar a la gente a salir de las drogas. Nos pusimos en contacto con personal de Narconon.

“El personal de Narconon estuvo en estrecho contacto con mi hermana ayudándola y, como si la tuvieran de la mano, en pocos días mi hermana empezó el programa de Narconon y puedo decir que fue un éxito rotundo”.

El personal de Narconon estuvo en estrecho contacto con mi hermana ayudándola y, como si la tuvieran de la mano, en pocos días mi hermana empezó el programa de Narconon y puedo decir que fue un éxito rotundo.

Mi hermana dejó la heroína, encontró trabajo, viajó al extranjero, se casó, tuvo dos hijos y vivió hasta la edad de 35 años, pero durante su experiencia cuando era adicta a la heroína había cogido AIDS.

Sólo puedo dar la gracias a Narconon y su personal por estar ahí y por el excelente trabajo que están realizando.

JTW.,

AUTOR

Carlo Balasini

Carlo has been working in the field of addiction and recovery for 5 years. Having been a manager of a security company, he has first-hand experience with addicts and youths addiction. This led him to do something effective about it thus he joined Narconon.

NARCONON EUROPA

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS